Voy más allá,
pero antes de partir
trazo el atrás del camino,
dibujo la derrota que no conozco.
Los rastros me dicen de las heridas,
también de la medida de la cicatriz
y sobre la sangre marginando la piel.
Los nubarrones en su huida
cubren la recta del camino;
el oriente es un extremo,
mientras el occidente la diagonal del adiós;
los límites me apartan de mí,
el dolor es un fuego violando pistas
y soy el que va
el que teme y el que nunca se fue.
La marcha reanuda siempre el principio,
y soy el que partió después,
frente a las líneas
que moldearon la primera raya,
sin saber cuándo salí
ni cuándo vine
y si el viaje reemplazó a la distancia,
al aire y más tarde olvidó mi apellido.
Sólo los zapatos reconocen la envergadura
del cansancio
con los ojos vueltos a la tierra
las manos sucias
el cuerpo sudoroso
el hambre empeorando la carne
y el miedo satisfaciendo el pasado
y todos los caminos ignorados.
Santiago Hussni