Invertir la gota
en el plano más grave de la sed,
ondulando la mutación de la palabra perdida;
alejando las oscilaciones del cuerpo,
y absorbiendo la esquina que deshace
la longitud del paso.
Todo es materia,
larvas, conciencia y un dolor
negando la mirada.
La voz del otro lado arrugándose
en el límite de la noche,
y el adjetivo más rudimentario
rechazando el desenlace de la gramática.
Pero una lágrima aislada del ansia
salpica la urgencia de la gota,
insemina la página que se detiene
en olvidos de grava y lluvia,
y desentraña el paralelo y el meridiano
de la búsqueda
hasta encontrar la caída
que más se aproxime al salto.
Santiago Hussni
15 febrero 2007