La negrura de la mirada
al resignar el aliento
salva de miseria a la voz estrecha
aturde al desmayo en trozos
evocando treguas
obviando silencios
y derroteros inútiles en la forma
todo emigró
nada detuvo el curso de tu voz
ni siquiera la queja indiferente
al recordar el primer gesto
la incursión de la última página
o los olores del cuerpo
todo se construye y después
se reconstruye bajo la misma
sílaba absorbente
sólo la humedad del movimiento
me recuerda que alguna vez
fui el resguardo de tu dolor
ahora es el viento
sometiendo al mismo cuerpo
con la ceremonia de la víspera
derrotando la cautela de las noches
y alguna borrasca ocasional
desandando el interior de la casa.
Santiago Hussni